1/17/2006

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Te preguntaras cómo llegué a tu weblog. Es maravilloso cómo uno descubre ciertas cosas. Dejaré los detalles para otra ocasión, sólo decir que a veces me abruma visitar la biblioteca de la UIA (estudio Ciencias de la Comunicación), porque no me hace feliz la selección de libros que tienen. El caso es que en la profundidad de un estante encontré varios libros que al parecer habías donado tú, entre ellos tu último libro de cuentos (Cuando dejo de pensar, pienso en ti), el cual tiene el URL de tu weblog.

A veces la sensación ante semejante descubrimiento puede resultar menor, aunque en este caso, sentí que una ventana se abrió al leer tu weblog (confesión: no habia leido muchos weblogs). Me dio un poco de vergüenza escribirte, pues no escribo con frecuencia. Pero al ver que también estás metido en la meditación, admití cierta vulnerabilidad, y me lancé al vacío esperando que mis palabras fluyeran lo suficiente para que te llegaran con el mismo ánimo que las motivaron.

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