11/17/2011

Message in a bottle

Sabes que algo anda mal, o eso piensas (que algo anda mal), cuando un comentario tuyo en Facebook genera el interés de 0 comentarios (a veces 1 o 2). Y luego observas que una mujer (o un hombre, que es peor) actualiza cada segundo de su vida con 'Estoy tomando agua', 'Estoy en el baño' ‘Estoy en el aeropuerto’), genera al menos 7 comentarios (la mayoría 12 o 15). Algo anda mal. Pero luego entiendes otra cosa. No se trata de lo que se escribe. Sino de quién lo escribe. El mensaje ha pasado a ser efímero, el autor a la leyenda.

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(La cultura de 'No se trata de lo que se escribe. Sino de quién lo escribe').

8/09/2011

Volver

Siempre vuelvo a escribir. Esta voz interior, instinto, que me regresa a esto. Que me dice, hazlo. Pues lo hago, ¿y a dónde me lleva? ¿Me he hecho esta pregunta antes?

8/04/2011

Aleatorias

3
Entonces escribe acerca de lo que te sucede, es el comentario. Pero no es tan atractivo hacerlo. Incluso, algo que me inquieta es que quisiera escribir relatos no tan ‘cercanos o personales’. Hay autores que tienen esta facilidad de escribir un relato basado en otros tiempos y culturas. Incluso cruzan géneros. Lo mío, al parecer, siempre es más freewriting, flashfiction, y siempre merodea en problemas actuales.

2
Y cuando regreso a este blog, es como un pueblo fantasma. Muchos recuerdos de 'buenos tiempos literarios', pero sólo queda eso. Varias veces pensando reactivar esto, pero lo que me queda claro, es que lo creativo, el escribir cuentos o ficciones, ya quedó fuera de aquí. No tiene lugar aquí. En ese sentido este blog sí es un pueblo fantasma. Un pueblo donde quizá esté regresando próximamente a ventilar ideas, pero eso ya lo he dicho antes.

1
¿Escribir de nuevo? Escribir nunca se acaba. Si no es aquí, es allá, en un cuaderno, en la mente. Escribir es el estilo de vida, y también sube y baja como las mareas sentimentales de la vida. Siempre he pensando que uno no puede escribir nada bueno, cuando se pasan por momentos difíciles —Sí, he pasado por momentos dificiles los ultimos, qué, ¿tres años?—. Simplemente no está esa felicidad, esa chispa que colorea la buena creatividad. De otra forma se convierte en catarsis o vomitadera, y quién quiere leer eso.

7/21/2011

And I miss you

2

La ironía de la vida
Queda envuelta
En su silencio de amigo—
Quién es él
Para decir No—

Le digo No, a su No

1

Quieren callar al poeta
Pero no pueden—
Vamos, tú también puedes

4/14/2011

Pues sí, me contradigo. Soy humano.

ESPEJO: "Si lo ves en él, es porque lo tienes tú, porque eres así".

Este comentario tiene mucha sabiduría. Pero es una sabiduría incomoda, inconveniente. A nadie le gusta aceptar que lo que nos causa rechazo en otra persona, es algo que no aceptamos en nosotros, sobretodo cuando eso que causa rechazo es algo negativo, un rasgo 'desagradable', 'despreciado' por la 'sociedad'.

Ahí empieza esto, con el condicionamiento de la sociedad que nos dice cómo debemos ser, qué conductas debemos asumir para ser aceptados. Es ahí donde empezamos a vendernos, y a ocultar partes de nuestra personalidad.

En mi caso, una de ellas (que me sale fácilmente al escribir y que trato de ocultar, sin éxito aparente) es la soberbia, lo pedante, la petulancia, la insolencia. Me viene fácil. Pero tampoco estoy orgulloso de ello (se puede caer mal a mucha gente). Qué hacer. ¿Ocultarla, o hacer uso de ella? ¿Qué ventajas habrá en hacer uso de ella? Quizá salen escritos mas interesantes, con un estilo propio.

Pedante: pomposo, pretencioso, afectado, sabiondo, redicho.

Petulante: presumido, fatuo, insolente, descarado, vanidoso.

Aunque en persona suelo ser muy sencillo y humilde, (Ja! Qué contradicción). No se trata de una doble cara. Simplemente de esta gama de aspectos que tenemos en nuestra personalidad y nos hacen completos.

Ya lo dijo Whitman:

¿Que yo me contradigo?

Pues sí, me contradigo. Y ¿qué?

Soy inmenso, contengo multitudes

3/03/2011

3/02/2011

un escritor quiere comenzar de nuevo

del blog de Vila-Matas
"... Quiero que te preguntes finalmente qué sucede si un escritor quiere comenzar de nuevo. Faltan ensayos, estudios acerca de esta delicada cuestión. ¿A qué clase de problemas se ha de enfrentar el escritor que desea volver a empezar? Se me ocurre uno, así al primer bote: tiene que olvidarse de lo mucho que le fascinan algunas de las cosas que ha escrito a lo largo de su carrera. Pero se trata de hacer tabla rasa y convertirse en un escritor que comienza de nuevo, no hay lugar para los sentimentalismos. ¿A qué otros problemas se tiene que enfrentar? A problemas relacionados con la técnica, sin duda. Pero también con su propio mito de escritor y con su propio lugar. Le conté en Nueva York a Sergio Chejfec que a veces me planteaba volver a empezar y soñaba que estaba en el imposible punto de partida. Me dio un consejo, me dijo que no era tan imposible situarse en ese punto, sepultar un día de golpe mi propio mito de escritor. Quizás bastaba con escribir como si fuera otro, hacerlo con un pseudónimo. Nada tranquiliza tanto como una máscara. En mi caso, sería una máscara sobre la máscara que ya llevo puesta. ¿Es una utopía imposible el cambio de identidad como escritor? Es probable que sea una utopía, pero sólo ya plantearse ese cambio puede hacer que se muevan muchas cosas, puede llegar a ser productivo, porque de hecho es una sensación que te puede permitir distanciarte un poco de los mismos mecanismos que has desarrollado y que muchas veces automatizan cómo concebir los libros..."

3/01/2011

(...)

2/
Estebanzr dijo: sigue con tu proyecto, no lo abandones, continúa haciendo entradas, haz que crezca tu blog.

Yo dije: Lo haré.

(¿Lo haré? Cuántas otras veces no he dicho lo mismo. Qué hay de diferente en esta ocasión)

(No puedo asegurar nada).

1/
La noche
Es más obscura
Antes del amanecer

2/28/2011

Ideas aleatorias

/2
Dijo (como para justificar sus ideas, aclarar sus ideas), Tú serás el maestro del taller, punto.

(Punto).

Pero sus ideas no estaban claras. Eran solo una fuga de su realidad.

/1
Regreso al pasado ¿para entender el futuro? Quizá.

1/12/2011

La atención descuidada

La señora discreta. Años desde que mantuvo una charla con un vecino, más allá de Hola, buenos días. Lo más normal es que voltee la cara, pero de una manera que va con su pulcra y cuidada personalidad, como si en ese preciso instante sucediera algo importante en la calle, algo que llame la atención.

Discreta, conservadora y escrutiñadora; separa y rechaza a quien no se parece a ella. Quien no tiene la casa perfectamente limpia con los árboles perfectamente cortados y los autos perfectamente nuevos. Contrata trabajadores para todo.

Esta señora cuenta con sesenta y tantos años, y probablemente se siente más blanda del corazón, pero aun no puede mostrarlo a quien se le cruza afuera de su casa, en esta humilde vida.

Es tímida, su esposo es tímido, y las hijas también salieron tímidas: corren a su auto cuando salen de su casa, para no tener que saludar a un vecino, para no tener que soportar la ansiedad.

Así es la timidez, se parece a la soberbia. Pero curiosamente, en este caso la timidez va de la mano con la práctica de asistir a la iglesia (quien asiste a la iglesia no tiene pecados), donde comparte sus inclinaciones de fe, y ahí da la mano al hermano que está a su lado, escuchando humildemente el sermón.

1/11/2011

La protección

De todas formas terminamos en la misma habitación. Se había suscitado un problema en la reservación, y ese fin de semana el hotel estaba lleno. De forma que nos tocó compartir la habitación a dos hombres y dos mujeres.

Fiona, bien era sabido, era mucho de mi gusto. Y lo más seguro es que ella también lo sabía. Por lo mismo, cuando fue hora de irnos a dormir, cosa que no pudimos hacer (a las dos de la madrugada pensamos que eran las once de la noche) porque las hormonas volaban esa noche de verano, a ella se le ocurrió prudente usar unos pantaloncillos cortos para dormir. Probablemente pensó que de esa forma ella estaría protegida ante las miradas escrupulosas, que ya indagaban sus nalgas.

Dormir en pijama, muchos lo saben, enfrente de dos hombres en sus veintes que van a una convención del trabajo, es altamente alusivo a una tentación. Muchos han sucumbido ante esta tentación.

Pero los planes de Fiona no funcionaron muy bien. Pronto una cosa llevó a la otra. Pronto estábamos luchando los cuatro, aventando almohadas, empujándonos unos contra los otros. Fiona y yo terminamos en una cama.

1/10/2011

El lobo



Picard, el ex novio obsesivo de Clotilde. Picard, quien tenía asustada a mi amiga Clotilde. La hostigaba por teléfono, le enviaba mensajes, le lanzaba coronas de flores en su jardín. Era una perturbación constante.

Clotilde me pidió que la acompañara una noche de noviembre en que se sentía especialmente vulnerable. Clotilde vivía en la casa que sus papás le habían heredado. Una extraña fortificación, que se había construido en etapas, y tenía la forma de un castillo de tres niveles, con salientes de mal gusto. Lo único que le daba una sensación de unidad a la construcción era que estaba pintada de un solo color, ocre.

Pasamos esa noche en vela, con las luces apagadas, iluminados por la luna llena de noviembre. Pasamos la noche hablando en voz baja, arrinconados en partes secretas de la casa, porque presentíamos que Picard merodeaba las afueras.