2/14/2005

El comentario de San Valentín viene adosado de un eminente amor a la lectura. Ariadna y su amor a la lectura. Lleva semanas (diría más de un mes), enfrascada en la lectura del Código Da Vinci. Una vez que yo terminé el best-seller, ella se vio interesada. Quizá fue el hecho de que se enteró que el proyecto sería llevado a la pantalla (no le convence Tom Hanks para el papel de Robert Langdon, pero sí le gusta Audrey Tatou, para interpretar a Sophie Neveu), o mis comentarios resultantes mientras leía la novela, pero ahora la veo muy interesada. Me agrada verla interesada. En lecturas anteriores, era cuestión de tiempo para que abandonara el intento. Entiendo el fenómeno. No toda la gente se desvive por la literatura 'seria'. Lo dudo mucho que un día se enamore de uno de mis libros de Saramago. Lo dudo. De hecho, leyó un libro de Vicent, Son de mar, y pareció levemente entusiasmada. Su interés va más por el lado comercial del pasatiempo de leer. Los best-sellers aportan este elemento de lectura fácil, mientras llaman la atención al lector. Otro elemento sería la cuestión de que el Código Da Vinci se encuentra dentro del genero de 'novela histórica'. Se aprende algo de historia mientras se lee. Enhorabuena. Le propuse a Ariadna su siguiente lectura. Uno de los últimos libros que leí, y pareció estar emocionada por los personajes, pero algo me dice que tendré que tenerle su dotación de novelas históricas para mantenerle encendida la lectura. No tengo contratiempos en leer a Dan Brown. Digo, la lectura es más 'rica' cuando se comparte y comenta (leer para sí mismo es tedioso). Además, la novela histórica contiene elementos polémicos o de interés general, los cuales se pueden comentar.

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