7/29/2004

GENESIS DE LA INERCIA

Viene
El vértigo
El imán
El movimiento
La célula
El beso
Lo que duele
Lo que importa

24 vergas
Pausa silencio
Alto sin movimiento
Fuerza riot

Rosarito Ensenada Scenic Road
C'mon let's go

Chance
Take a chance
Hot heaven soundstage

La saliva
El aliento
El tejido de un sudor
Agua perfume
Boca
Abre el espacio
El calor
La fuga
La velocidad del beso
Todo se resuelve en la mirada aliento
En la boca gesto
En el eco del sí y del no
Hay peligro excitación

2. EL APASIONAMIENTO COMO FORMA DE COHESION

De las cosas positivas de estas elecciones, es que tenemos un candidato que parece de novela (rasgos novelescos en sus concentraciones peculiares de controversia y escándalo), y otro que parece sacado de un comic o cartoon de niños, de hecho le dicen el Niño por su aspecto juvenil. Estos elementos contienen la esfera de la pasión como pocas elecciones pasadas. No recuerdo una donde el interés sea tan morboso. Así mismo, este tipo de elementos generan obsesión, confrontación, dialogo, entre distintos sectores de la población. Estas elecciones (insertar palabra) a Tijuana.

1. EL APETITO

No era un trío. Eran dos que parecían gemelas, dando una clase de video porno gratis en persona, en vivo y directo. Sólo faltaba que sus blusas y faldas deslizaran un poco para quedar desnudas. Se daban un beso, y las parejas que estábamos sentadas (habíamos visto que las mujeres discutían) de repente sentimos el golpe del beso. Empezaron los apetitos. Damas de buen, mojaban sus labios, buscando que sus compañeros hicieran lo mismo. La mía me tomó de la cintura y me regaló un jugoso de saliva y vino, luego volteó a ver la abominación, cómo se comían las mujeres de la barra, como si no hubieran desayunado cenado. Adoro esta barra, dijo mi mujer y con su lengua atravesó mis labios y nuestra pequeña discusión (anterior) quedó en el olvido. Realidades de la vida, pensé, mientras las dos sinvergüenzas pasaban a movimientos sucios. Una estaba encima de la otra y el cantinero quería concentrarse. Nos marchamos a casa, sin despedirnos del guitarrista, recuperando ese calor de la taberna en el aire nocturno de la plaza, y mi mujer tomó un cigarro de mi bolsa.

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