12/14/2004

La turba de inocentes

Las colas para entrar a Tijuana (TiaJuana) en épocas navideñas son verdaderamente irrisorias. Cantidad de mexicanos cruzan a Estados Unidos (San Diego) para hacer sus compras navideñas entre semana, después del trabajo, luego regresan en hordas de carros con placas fronterizas a eso de las 7-8-9 de la noche. Una verdadera prueba de paciencia (tolerancia), esas colas de regreso a Tijuana. Prueba de paciencia para los que diario van a Estados Unidos a trabajar y luego regresan y se topan con la horda de carros pro Navidad. En esos momentos de espera se pueden hacer muchas cosas, pero la mayoría de la gente prefiere la actitud robot, miradas al frente, actitudes de resignación por 45 minutos de vacío mental. Es aquí cuando experimento cierta aversión a personas así, su falta de imaginación (iniciativa-ingenio) para aprovechar el tiempo en algo creativo. Mientras ellos permanecen con sus miradas cuadradas viendo las luces rojas del carro de enfrente, yo los observo y escribo en mi cuaderno.


Playas, vista al mar y cola

Todos esas inmobiliarias deberían hacer algo para alivianar el tráfico que se hace en la carretera a Playas, la Internacional. En la noche se junta un tráfico a vuelta de rueda, pero eso no lo vemos en los grandes espectaculares donde se anuncian nuevos desarrollos residenciales con vista al mar. Deberían poner fotos al lado de esos paisajes para disuadir al comprador en no poblar más la costa. Al paso que vamos, será vuelta de rueda el tráfico a Playas, a toda hora del día. Ojalá las inmobiliarias tuvieran un poco de visión y entendieran ese aspecto que merma felicidad al hecho de vivir en Playas, u alrededores. Ojalá, pero no pasará. Ellos quieren su paca de dólares para ir de compras navideñas y luego regresar y hacer cola para entrar a Tijuana.

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