1/13/2005

DEPRESIÓN

Como dice Victoria, cómo le hago para escribir a pesar de tantos movimientos a mi alrededor --tantas distracciones--. Todo se relaciona con el hecho de que me gusta escribir. Es mi antídoto contra muchas cosas. Incluso la depresión. Sin embargo, es precisamente la depresión lo que me quita las ganas de escribir. No me siento con ganas de expresarme, porque en parte siento que a nadie le importarían mis cosas. Esa sería la única razón por la que un día no vean nada en este blog. Otra razón podría ser que no tenga conexión a Internet, o mucho trabajo, o enfermo...

Cuando hay depresión --que puede venir de varios factores, entre ellos desamor, crisis laboral--, me es difícil concentrarme. Ser feliz. Eso. Para escribir con elasticidad, se necesita felicidad en alguna forma. Cuando hay una pena que agobia el alma, el resultado es un bodrio sin perspectiva, el cual en momentos sería mejor que se quede encerrado en una bitácora personal.

Hay múltiples blogs así, sí, que son vertederos y desahogues u lamentaciones juveniles de pena ajena. En mi caso, lo son, pero todo parte de un momento feliz que quisiera compartir.

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