11/27/2004

CERVEZA MEXICALI


Fui a la Comercial Mexicana y entre las múltiples compras navideñas, ubiqué una edecán de cerveza Mexicali con su atuendo de Santa Claus. Coño. Las edecanes navideñas son la bomba. Lindas nenas con vestimentas mini mouse, mostrando los productos en sus manos, pero la mirada del consumidor consume tetas. Digamos, esta mujer era copa C, D, no sé (no soy experto), pero tenía unos melones que provocaban tráfico. Los varones se detenían estupefactos, y la cerveza Mexicali siempre me ha gustado.

Quiero pedir perdón ante los maeses de Tijuana con quien he compartido el gusto por la cerveza Tijuana a lo largo de los años, la cual es rica y nutritiva, pero últimamente soy fan de la Chicali.

La edecán, una chichona con cintura de teenager, movía el tambo ante el tráfico macho, y mis expectativas fueron varias. Comprar un seis de Mexicali, y hacer charlas edificantes. En realidad, echar taco de ojo y ver lo que todos veían. Qué descarados somos, no cabe duda.



ARQUITECTURA TIJUANA


Los primeros momentos que tuve experimentando la arquitectura de esta 'ciudad' (los únicos, en realidad, tomando en cuenta la aberración tipo bodrio que aporta el estilo actual, su fealdad y suciedad urbana sin planeación que atiborra los sentidos), fue durante mis tiempos de escolar (secundaria y preparatoria Lázaro Cárdenas) en el Centro Escolar Agua Caliente (donde en algún momento reposó el famoso Casino Agua Caliente). Ahí nos movíamos por las ruinas. Bungalows donde se hospedaban los artistas que visitaban el Casino, áreas abiertas donde las ruinas aportaban posibilidades para actividades de esparcimiento estudiantil. Por ejemplo la 'alberca'. Dicha ruina, cubierta de mosaicos y esculturas, permitía rondar por su cimentación, pasadizos subterráneos donde los chicos iban a tocarse o fumar mota. En esos días no había los designer drugs que ahora gozan nuestros teenagers en sus raves o crack partys, pero sí había chicas. Siempre las hubo. Había una leyenda de una 'bailarina' que se aparecía en la alberca, proporcionando al espectador un leve susto tipo descalabro, reminiscencia de lo que un día fue un centro de perdición de Hollywood. That is then, this is now. Ahora vemos betún de pastel como fachadas. Calles estrechas. Momentos de tráfico cuando la ciudad se infesta de turistas anglosajones. Arquitectura hecha por contratistas y chambeadores. Tierra, mucha tierra.

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