11/07/2002

Agregando a la nota de Mayra, PAN Y CEREBRO, donde dice: “Esta mañana, salí rumbo a la oficina y enfrenté las tres opciones que tengo cuando voy en el carro: mantener un diálogo creativo con mi cerebro, prender el radio y mantener el mismo diálogo, sólo interrumpido e influenciado por la música y/o comerciales, o de plano cantar a todo pulmón. Opté por la tercera y le subí al radio, sin embargo, mi cerebro no coincidió conmigo. Me decía: ¿cómo es posible que cantes esa basura?”

Durante el trayecto al trabajo, después de varios kilómetros de trafico y gente con caras de mañana y café, mañana y tabaco, me di cuenta que mi radio sintonizaba una estación de música disco de los 80’s. Lo más curioso de este importante hallazgo, es que no sentí molestia alguna. Al poco tiempo me encontré moviendo los hombros, celebrando al grado de banalidad al que he caído con todo éxito.

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