5/23/2005

LOS DÍAS

Fin de semana de flojera, en realidad. Estas semanas laborales me dejan tronado, literalmente. El sábado en la noche tenía una invitación a una fiesta que me latía asistir, pero andaba tan cansado, físicamente y mentalmente, que apenas disfruté de la cena que nos echamos en Giuseppis. Zombi, es la palabra aquí, el código que define mis días. Entre el trabajo, tráfico vehicular y los pequeñuelos, termino listo para cerrar los ojos. La única liberación consiste en unas beers caseras, y una serie de películas rentadas en la Blockbuster, alguna caminata por la playa. A eso se ha reducido mis días. Ni el blog me interesa tanto como antes. Lo veo patético; el ambiente: indulgente, paternalista, ocioso. A veces leer también libera. Ahora leo uno de Saramago, lo cual no es tan liberador --por la densidad de su prosa--, pero ahí vamos, cruzando los limites de la paciencia, haciendo los días, al ritmo del corazón.

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