10/21/2003

Hay un sistema de beata que se impone sobre las almas femeninas una vez que contraen nupcias. Apenas suena la campana de su mente de que ya están matrimoniadas, la campana moral hace ding-dong, y lo que una vez fue una mujer destrampada, ahora se convierte en un alma pura que no mueve un dedo.

Este comportamiento lo he presenciado directamente en dos almas femeninas. Una de ellas, gustaba de ir al Frogs y vaciar las copas de lo que sea hasta quedar con un tono ebrio, para luego danzar sobre las mesas. Esa misma mujer, ahora recrimina tales comportamientos: tal parece que olvido sus días de antaño, hace apenas 4 años.

La otra mujer, que curiosamente es su amiga, gustaba jugar a pasatiempos lesbianos. Se quedaba a dormir con esta mujer, tomaban su cantidad de licor, y luego jugaban a que eran amantes de mentira. Curiosamente, esta mujer ahora casada a un individuo de sociedad, mantiene una expresión en sus ojos de pulcra castidad.

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