7/04/2005

5) He extirpado a esta bitácora de toda vanidad. Ahora sólo quedan las letras. Quizá no sean suficientes para algunos visitantes, pero tampoco ellos han sido suficiente para mí.

4) Un momento inocuo. Cargando gasolina en San Diego, en la noche, atisbé una norteamericana de origen latino, una 'latina', que lloraba copiosamente. El empleado, un personaje de origen persa, no le prestaba el teléfono. La mujer trataba de usar el teléfono público, pero no lograba comunicarse. Eventualmente sus lágrimas llamaron la atención de un 'redneck' (un norteamericano con sombrero de vaquero que se le acercó en la acera). Y es que la mujer no estaba de mal ver. Vestía unos jeans a la cadera mostrando el calzón, y sus tetas salían de forma precaria. Mientras yo me concentraba en cargar gasolina, vi cómo el 'redneck' dirigía a la latina a su pickup. Ambos se metieron.

3) La vanidad, la envidia, el rencor, tres de los males más potentes que agobian al intelecto.

2) Friedrich Nietzsche: El que niega su propia vanidad suele poseerla en forma tan brutal, que debe cerrar los ojos si no quiere despreciarse a sí mismo.

1) Ah, la vanidad. Uno siempre está batallando contra la vanidad. Uno de los peores males controladores de la felicidad. La vanidad engaña. La vanidad dice que sin tal elemento, uno no es feliz. La vanidad también está en el oficio de escribir, y ser leído. La vanidad inflama el ego como una burbuja de aire. La vanidad es una inflamación.

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