10/20/2004







[No puedo] continuar con La caverna de Saramago. Al leer Todos los nombres me convencí de su genio [su destreza], y me hice de 3 novelas. Caverna, Ensayo de la lucidez y el de la ceguera, que hacen fila, esperan lectura. Estoy por terminar caverna, pero mi atención no está en su lectura. De pronto me encuentro viendo TV [playoffs]. Será la densidad que emplea en su prosa, esa ausencia de espacio en blanco. Mucha tinta.

El clima invernal lluvioso como el que se está dando en Tijuana-San Diego pone feliz a la gente. Un tipo de felicidad ñoña, como regresar a la infancia cuando no tenían que ir a la escuela y podían jugar en los charcos.

Lo que los Red Sox están a punto de realizar en los playoffs tiene categoría de leyenda. Según las cifras, ningun equipo en la historia del béisbol había empatado la serie a 3-3, luego de ir 0-3. Hoy es la final. Hay fuertes posibilidades de que el Curse del Bambino sea erradicado. El hechizo comprende en que los Red Sox están destinados a perder por haber cambiado Babe Ruth a los Yankees de Nueva York, el archienemigo. Ojalá hoy se quiten el hechizo. El ver cómo Curt Schilling lanzaba un juego magistral (ayer), con un tobillo herido que sangraba el calcetín, será materia de cuento para los bostonianos.

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