5/14/2013

De escribir

  De los escritores de Tijuana —aunque él no es de Tijuana—, siempre puedo respetar a Daniel Salinas. Un periodista que ha incursionado también en la literatura, y lo hace con tremenda garra narrativa. De alguna manera tiene lo que todo buen periodista debiera. Trasfondo literario para narrar. No todos los periodistas han leído una novela. Quiero pensar que leen lo que está en la mesa de bestsellers de Sanborns, pero Daniel siempre ha ido más allá. Incluso más allá que muchos escritores.

  Hay otra cosa que conmueve, su determinación, su lealtad al oficio. Creo que él llegó a los blogs después que yo. El caso es que yo abandoné el mío por varios años —6, 7—, mientras él sigue con el suyo. Si eso no es fidelidad a la escritura, no sé qué es. Escribir a pesar de circunstancias y adversidades de la vida es admirable.

  Mi excusa primaria —y a la fecha—, es que la vida me jaló hacia otros rumbos. Razón numero uno: la realidad de la familia. Cuántas veces no se lee por allí que el arte y la familia no pueden convivir. Lo presentía, luego lo viví al tener hijos. No es reproche, es solo explicación en cuanto a que, aunque uno quisiera continuar siendo escritor, la realidad de la vida se impone para alejar a uno del camino.

  Siempre mantuve la chispa de escribir haciendo mis cosas, aun y cuando la falta de tiempo y sobretodo, energía, me impedían hacerlo con interés. Me era difícil escribir con la misma creatividad, sin ver mis letras empañadas de la realidad diaria, de los retos de ser papá y tener que proveer. Nunca es fácil, ni lo será. Por allí dos o tres casos de escritores que no pudieron y se divorciaron.

  Yo sigo en lo mío, balanceando esto con lo otro. Al parecer siento una renovación, misma que como toda vela encendida, podría ser apagada por una ráfaga inesperada de la vida.

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