6/07/2006

La uña del meñique siempre es peligrosa


De las cosas desagradables en cuanto a higiene --en los hombres-- son las uñas largas, en las manos. De pronto uno se encuentra a uno que otro ejemplar. El maestro de guitarra, un pasajero en el taxi, un ingeniero en la oficina.

Había un arquitecto que gustaba de esos apetitos, se dejaba crecer la uña del meñique, y con ella señalaba en los planos, mientras explicaba un proyecto a un cliente.

Había una vecina que gustaba charlar con mi hermana, cuando ella era pequeña (mi hermana, no la vecina). Mi hermana acudía a su casa y charlaban. A veces la señora gustaba amenizar sus charlas metiendo el dedo meñique en la oreja de mi hermana, utilizando la uña como pala para escarbar la cerilla que reposaba en el interior de la oreja. Lo que hacía con la cerilla es un detalle que hasta el momento queda obscurecido.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario