12/08/2003

Quién era. No sé. No sé. De veras, no sé. Pero tenía cara como de fresa y el pelo le caía por la cara y estaba de lado. Parecía que caminaba de lado, cuando me miraba de frente, y sus ojos se ponían ciegos. Para mí. Para mí no había salida; del pasillo, ni de la sala. Sólo esperaba una señal que me llevara a donde quería ir. Pero no sé. No sé. De veras, no sé. Me parece que las distancias se acortan cuando una persona te ve y te ve y espera que la veas con los ojos al revés, para decirle una cosa que le brinque el alma en dos. Hola. Cómo estás. Te vi de lejos, pero no te conocía. Yo tampoco te conocía y ahora aquí estamos, juntos, navegando al revés: tú vas, yo vengo. En medio hay una zanja. ¿La ves? Cabemos los dos. Es hora de salir, venimos juntos. Venimos juntos, nos venimos juntos. Tú y tu cabello, nos venimos juntos.

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