Advierten que la exposición repetida a estímulos que causan miedo provocan cambios en la conducta y los sentimientos
--Hacer una oración. En ocasiones, el miedo se apodera del espíritu y no lo suelta, a pesar de identificarlo, sintonizarlo y saber que es irracional. Entonces se puede recurrir a otro tipo de ayuda y pedir a las fuerzas en las que uno cree que colaboren con nosotros. Es sencillo, el solo hecho de respirar, cerrar los ojos y pedir: "por favor aleja este miedo de mí", puede reconfortar.
---Elaborar una lista de agradecimiento. La gratitud es energía positiva, por ello se recomienda hacer una lista con las cosas que se agradecen, quizá incluya la salud, el empleo, el matrimonio, los hijos. Al aumentar la lista y revisarla todos los días, el miedo tiene menos oportunidad de entrar.
---Acercarse a los lugares que aumentan la energía. El aislamiento no es la respuesta para alejar el miedo, al contrario es preciso ir a los lugares que nos hacen felices, porque hay vibraciones positivas. Absorber la energía de los sitios que se aprecian disminuye las cargas negativas.
---Solucionar las deudas con el pasado. Si el miedo persiste, tal vez esté arraigado en situaciones pasadas. Hay que romper con ellas. Los traumas se deben rastrear y sanar para que el flujo de energía se reanude.
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