Un amigo que medita en la playa me comentó que un día lo acompañara en sus andanzas. Le expliqué que no me latía ser objeto de espectáculo público.
--La gente --le dije--, los mexicanos, somos muy anticuados en cuanto a formas holísticas o que tengan que ver con la meditación. Si vemos a una persona sentada en la arena con los ojos cerrados, lo primero que pensamos es que está loco, sobretodo si está solo.
--A mí esas cosas no me importan --dijo--, cada quien a lo suyo.
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