Hay gente que pide consejos, luego hace lo contrario a lo que uno les dice. Esto me crispa el alma, por lo que ahora tengo una terapia reversible. En lugar de decir lo que quieren escuchar (lo obvio, y que no terminarán haciendo: la naturaleza humana es ir en contra), les digo lo que no quieren escuchar.
Esta terapia rinde resultados: saca de sus casillas al interlocutor. Los hace cuestionarse más profundamente y uno queda como genio, o antagonista.
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