4/05/2006

Ayya Khema

Cuando nos sentamos a meditar, estamos tratando de trascender nuestra consciencia cotidiana: la que usamos en nuestra vida diaria, en el mercado, cuando criamos a nuestros hijos, cuando trabajamos en la oficina, limpiamos la casa, y todo el resto de actividades diarias. Ese tipo de consciencia es conocida para todos y sin ella no podemos funcionar. Es nuestra consciencia de sobrevivencia y para eso la usamos. Pero no puede alcanzar o penetrar en las enseñanzas de Buda, porque estas son únicas y profundas; nuestra consciencia cotidiana no es única ni profunda, es utilitaria. Para poder ir más allá de lo cotidiano, necesitamos una mente con la habilidad de separarse del proceso cognitivo ordinario. Esto sólo es posible mediante la meditación. No hay otra manera. La meditación, por lo tanto, es un medio y no un fin. Es un medio para cambiar la capacidad de la mente de una forma que podamos ver realidades distintas a las que estamos acostumbrados.

"When the Iron Eagle Flies"
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