3/10/2003

Dice Paz: Hay más de una persona con la que me quedan asuntos pendientes y sé con certeza que dispongo de armas verbales definitivas, pero me quedo a las puertas a la hora de usarlas y la bronca sigue ahí, engordando y engendrando peste, hasta que bajo la guardia y entonces sale de improviso, como una fiera, destrozándolo todo a su paso.

Cuántas veces he tenido la misma certeza, de guardar asuntos pendientes con ciertas personas. Por un tiempo aguanto la bronca, se hace más grande, luego (dentro de mi cabeza), y siento una forma de estupidez donde yo debo de cargar cosas que no me corresponden.

Conozco estos feelings, sí. A veces me digo que debería sacarlos en mis textos, y creo tener la habilidad para promover un daño severo mediante palabras bien acomodadas, pero no se trata de eso. El autor tiene una responsabilidad de ser sano, de alguna forma, hacer la denuncia de una forma sutil, que satisfaga el desahogo y se sienta la liberación.

Eso también lo he hecho.

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