Lo que me pasó hace poco se llama Apatía del Lector. Todo empezó con unos libros que compré en la Feria del Libro. Terciopelo violento de Juvenal Acosta y Luces artificiales de Daniel Sada. El caso es que ambos bodrios se me cayeron de las manos: me entregué a la Apatía. Pero como ya tenía El huerto de mi amada (Echenique) haciendo cola, decidí mantener la Coherencia e inicié un nuevo proyecto de lectura. Desilusión. Apatía doble. Echenique me transportó con su Amigdalitis de Tarzán, me gustó mucho. Pero con esta última entrega, Premio Planeta (hasta eso), me quedé rascando la cabeza. Mi Apatía estaba por lo suelos. Terminé la lectura sólo por respeto. Después pasó algo curioso. Vianett (mi proveedora de libros) me recomendó Malheridos, de Palou. Dicho proyecto confirmó mi teoría de que es bueno probar autores nuevos de vez en cuando. Invertir en la obscuridad, de vez en cuando. Me está gustando. Creo que leeré otro de él. ¿Cómo se llama? ¿Con la muerte en los puños?
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