El nerviosismo. La sustancia veloz que corre por la mandíbula y los ojos y todo se encaja en un frasco mental. Un modo de ser atrapado donde no hay salida. Cada paso es un robot. Un acto mecánico de mover el cuerpo bajo una desazón de abismo, privado.
La derrota del ser. El paralelismo de conductas extremas. La insignificancia de los motivos abstractos: un fantasma ambiguo que mueve los brazos atrapado en los recuerdos de un amor. Un anti-amor.
El tipo me veía celoso de mi ubicación, preocupado por mi paradero, mi razón de estar en un carro estacionado en la oscuridad, en un parking anónimo. El tipo me veía celoso abstracto. Podía sentir su mirada, de forma que me daba miedo voltear para no confirmar sus sospechas: quizá yo era un maniaco en un carro, esperando a alguien, una afroamericana, para asaltarla y robarle los dólares.
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