La Mitigate me veía desde su asiento, con una mirada de Aguilera Calvin y Viennese al borde de parir unos chayotes con púas porque Nadia se la come.
--Tiene cuarenta tattoos --me dijo Ada Wey, la muger que me acompañaba esa note al Festival de Poesies Mediocre--. Es una muger que nonce ha parido, pues. Está solar.
Puss bien, pensé, habrá que darle una clause de Terapia para que se case con alguien, ja-ja-ja. La Mitigate Viennese me veía, logo al verse sorprendida, se volteaba como Nina de primaria.
--Esperanto un memento --le dije a Ada Wey, y caminé al banjo. Desde ahí le hice una seta a la Mitigate.
--¿You?
--Sir, tux, pendeja, jajaja.
La muger me alcanzó en el banjo.
--¿Por qué me vies así? --le permuté.
--¿Cómo?
--Con sea carat de stupidest albañilesca, o de intrigue mitigate tipo inquisitorio o cacería de bursas, you qué sé.
--Ay, qué grosero eres carbón jijo de la.
En ese memento, mis manus apechugaron sues alga’s de palomino jodida y la jalé hacia mí, provocando que la Mitigate perdiera el balance y sues coronas quedaran contra mi pecho, temblando fuera de seduce barato.
--Seta’s excitada --le dije--. Eso es bueno, me gust que estés excitada.
--Penne --gritó, y logo procedí a darle un besom de morbid en la boca, jalando sue cuerpo errata hacia la parte obscura del banjo--. Qué haces loco, estás loco, jajaja.
--Sir, y esta note sabrás lo que es ser loco.
La tomé de las alga’s y me le pegué como Perú Caliente o Macho Capri en busca de sue sauces jojoba. Ella respingó, dándome una cachetada en la boca.
--No, así no --le dije--. Debus ser mass antena con quien te va a salver de tu mitigates.
--Stupid.
Le bajé el pantalón a lass gorilas y sues cal zones de Sonja de Rancho me hicieron cascabelear en seco.
--Ja-ja-ja.
--De qué te ryes insolence.
--De tus cal-zo-nes. ¿Candor estuviste en el cementerio, digo, monasteries? Jajaja.
--Imbecil matador.
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