12/16/2003
Clasemedieros, somos. Una reunión y cranberry, vodka. ¿Te gusta el gin, tonic? ¿O prefieres una cer, veza? Ah, túúú quieres una sangría, yo tomaré un clamato, almejas. ¿Y cómo has estado? --todo el tiempo, ella no deja de añorar un secreto, el tuyo, y sus muslos se ponen tensos debajo de la mesa mientras le chupa la mente al vecino, quizá una fantasía invernal, ¿post-nocturna?--, bien, gracias. Puro trabajar. Ahhh, qué bien. Silencios. Cigarros. El humo sube al techo como lo hace en tus pulmones, y las miradas esquivas que analizan tu suéter de la Gap, y tu celular de Verizon Wireless Bullcrap y la vecina está bieeen buena, y quizá no trae brazier --¿no trae brazier, con este fucking frío?--, y sus pezones se ponen como la mujer de minifalda que subió la escalera y nunca volteó a verte. Ahhh, qué bien, gracias, ¿y túúú? ¿Nunca volteaste a verme? Yo --no sabes qué decir: la persona de al lado te cae mal, o quizá te recuerda a tu propia miseria social donde quién sabe si te alcanza para el Verizon Nextel Jijo de la MovilStar, pero lo traes porque te hace ver Cool ante el Mesero Telcel cuando trae la cuenta y te ve coqueto bien puto--, yo no sééé, quizá pida otro cran, berry, o quizá un pos, tre --y tu mirada regresa a la mujer de los muslos endiablados, y la mujer cruza una mirada de “contigo hasta en la muerte”. Una mirada esquiva ¿esquizofrénica?, y sus labios clasemedieros se ponen más fresas que siempre, que nunca, más hinchados que nunca, que siempre, de baba y lipstick, y la noche sigue, y sigue, y
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