2/02/2003

No más terapias

En tiempos remotos, había una especie de terapia de largas consecuencias. Si una persona se portaba mal, la sujetaban a una silla con correas de cuero. Acto seguido, se traía a un bebé. Dicho bebé, no había dormido, y normalmente se encontraba en altos niveles de irritabilidad quejumbrosa, por lo que inmediatamente comenzaba a lloriquear su himno de mal humor a los oidos (tímpanos) del delincuente-paciente-victima (de 10 a 15 minutos), que luego salía de la terapia con ideas renovadas. No más delitos. No más terapias.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario