Hay un aspecto de la paternidad que resulta interesante. Llameémosle el observador imparcial. Esto es, nos salimos de nuestra perspectiva de papá, y diagnosticamos al bebé con la mirada fresca de un observador que está fuera de la situación-experiencia. Sin prejuicios, subjetividades.
Así vi a mi pequeño la otra noche, mientras caminaba. Yo iba detrás de él, él iba en su mameluco (pijama de una pieza que usan los bebés), y su forma de caminar me insinuó que aun era un bebé, pero él hacia lo mejor posible por parecerse a un adulto.
Esto me dio ternura y ahí terminó el momento Kodak.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario