Hubo un incidente que cimbró la residencia. El control remoto ('mando a distancia') se había extraviado, y Ariadna, que es la que se acuesta a ver televisión mientras yo leo (no veo televisión), estaba un tanto awitada (término coloquial para decir 'triste').
O sea, no se podía dormir apagando la televisión desde la cama. Tenía que levantarse a duras penas de sonámbula.
Se hizo una investigación minuciosa, sin llegar a ningún resultado. Pero las cosas aparecen cuando ya no se buscan. Ariadna abrió casualmente un backpak de Miranda, y ahí estaba el aparato.
Idiosincrasias de una niña de cuatro.
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