La curiosidad o digamos, interesante coincidencia de que todas las secretarias que han trabajado en la oficina, han tenido una personalidad novelesca. Todas, sin excepción alguna, manejan un exceso de confianza en su personalidad, como si los consentimientos del patrón fueran una especie de escudo que las protege de los demás, de forma que pueden tomarse libertades que amplían sus horizontes como ignorar una orden de un compañero de trabajo, todo por el bien de la oficina.
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