Y ahí estaba: diciéndome que lo uno y que lo otro: por ejemplo hay una morra de 21 que viene todas las noches y cada noche con un hombre distinto ¿Tú crees? ¿Será pro? No sé. Se ve muy joven y guapa. Guaaapa la chavita. Se viene en minifaldas y tacones: bien bueeena la chavita. Óóórale. Sí. Óóórale. Sí. También hay una pareja que llegan separados. Primero llega ella --se sienta en la mesa-- y hace una llamada por celular. A los minutos llega él. Se sienta con ella: empiezan a cachondear. Bien acá (bien acá). Ella sube la pierna (encima bien acá). Cachondeo grueso. Grueeeso (un poco de ‘eso’). Luego se van. Él primero. Ella se queda: termina su copa de vino: luego se va. Un día me mordió la boca ¿Ah sí? La mujer siempre viene con un grupo de amigas. Bailan. Bailan. Luego me invita a bailar: las pegaditas. Bien acá (bien acá). Un día me abrazó bien acá y yo sentí su piel bien acá. Suavecita. Rico. Un día me la encontré en el mercado --se ve que es de dinero-- y me ignoró bien acá.
Otro día llegó con su señor.
También me ignoró.
Le gusta tomar margaritas.
Siempre es la más acelerada del grupo,
pero cuando viene con su señor,
siempre me ignoró.