Sí sí sí. Los books de Tijuana (los centros de apuesta donde pierdes los dólares con tanto esmero) contienen el elemento de la discordia. Empleadas-cajeras-divas que reciben las apuestas con un humor de doncella bajo un frenesí de sensualidad estética: ropa ajustada y partes hinchadas que truenan el corazón. Mujeres atractivas (rostros complacientes, sí), que hacen de la experiencia de perder el alma (dólares) una cuestión de inteligencia sibarita.
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