11/04/2003


State of the Union Address
Hace un año, Amaranta me comentó de estas bitácoras en Internet donde podí­a publicar textos. Desde entonces empecé este proyecto: Literatura Aleatoria. Con el tiempo he ido midiendo ritmos, estilos, experimentos, respuestas de lectores (he conocido blogs y sus autores), llevándome distintas conclusiones al respecto. Al principio, como en todo proyecto, el grado de entusiasmo fue evidente. Publicaba con mayor frecuencia. Habí­a interés. Euforia. Novedad. Después, al ir comparando resultados, y haciendo balanzas, valoraciones con otros intereses literarios, entendí­ que el blog no me regresaba lo suficiente como para invertirle tanto. Dejé de atenderlo. Empecé a flaquear, bajando hasta dos o tres por semana, luego a semanal, y así­. Ahora tengo unos meses de regreso. Quizá entendí­ algo: Si eres autor, o te gusta 'escribir', el blog te mantiene en forma. Esto es, el ejercitar la escritura pública te mantiene alerta, te obliga a hacer las cosas bien. La escritura privada, trabajos de narrativa que se mantienen bajo candado para un desvelamiento futuro, te permiten flojear a cierto punto, y descuidar tu oficio en cuanto a técnica se refiere. Así­ mismo, la escritura pública te mantiene en contacto con lectores que podrí­an estar interesados en tus novedades. Por lo que permanecer en la ví­a publica (en Internet, el futuro de la literatura, anyway), es vital.

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