A Ariadna no le gusta que ronque en la noche. Tampoco le gusta que mi boca quede en su oreja, para que su oreja sea receptora de mis ronquidos; dice que la despiertan y se mueve. Luego yo me despierto y me muevo (por el momento, me mandó al sofá). El problema es que ella se puede dormir muy fácil, y donde sea. En mi caso, para volver a recuperar la ventana del sueño --a veces-- es un momento dificultoso, aunque esté trabajando en ello y haya logrado avances importantes.
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