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Siempre me gustó tener complejo de punching bag. Quizá es una forma de ver (probar) hasta dónde abarca el alma humana, el grado de compasión. Muchas veces me he desilusionado al ver que no hay compasión, que la persona promedio goza de ver cómo linchan a un individuo. Se llama goce o morbo por el tormento ajeno. Hay gente que te quiere ver así, abajo, para sentirse superior. Eso les da sentido-emoción a su vida, día.
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A veces sucede que no tengo nada de qué escribir. Quizá mi percepción diaria se ve nublada por letargos de monotonía. Los cansancios físicos, también contribuyen a una mente nublada. Es necesario sentir vitalidad.
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En el momento en que uno piensa que por fin entiende a las mujeres, sucede un cambio drástico --en dicha pareja--, y uno se rasca la cabeza, diciendo, bueno, creo que estaba equivocado en mi aserción original.
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Hardcore es la palabra para describir los contenidos de Sade. Si uno se pone a ver que los promovió allá por los 1700, entendemos por qué pasó sus últimos días encerrado, confinado, recluido de lo ‘civilizado'. Aun para estos días, sus escenas, situaciones de erotismo, me parecen singulares. No sé si habrá autores contemporáneos (igual y sí, claro) que manejen esa jerga narrativa de elementos bizarros, escatológicos, donde la violencia se mezcla con el erotismo humillante.