Samurai
Ahora van a decir que mis gustos fílmicos han decaído porque fui a ver El ultimo Samurai, una producción de Tom Cruise, ex de Kidman y la gloriosa Penélope Mamacita. Pues no, no he decaído. Algo hay de bueno cuando aprendes un poco de historia. Por ejemplo, no estaba enterado del revuelo que surgió durante el fin del régimen feudal en Japón, y los samuráis empezaron a protestar contra la invasión de la cultura occidental. La misma trama ha sucedido en varias culturas. Lo nuevo viene a derrocar lo antiguo. Los españoles masacraron a los aztecas. Los americanos a los pieles rojas. En fin, el argumento del filme me proporcionó una satisfacción, pero también porque siempre he sentido una atracción hacia las artes meditativas. Por un tiempo estuve documentándome de los sistemas de meditación, el Tao, el zen, etc. Practiqué Tai Chi, y me convencí de que había caminos más ilustrativos hacia el conocimiento de uno mismo. En este filme, el personaje de Cruise, un capitán atormentado que se enfrentó a los pieles rojas, es contratado para encarar el levantamiento Samurai. Esa primera escena, cuando el ejército de Cruise se enfrenta contra el Samurai en un bosque lleno de neblina, es verdaderamente impactante (memorable). Nunca había imaginado sus métodos de combate, o sus armaduras. Ciertamente, desde ese momento uno entiende que el Samurai no es cualquier mercenario o rebelde. Poco a poco vamos viendo su sistema de vida, su disciplina en cualquier acto cotidiano (el zen), y el filme se convierte en un paladar histórico. Quizá porque también recientemente vi un documental acerca del Samurai más famoso, Musashi, que pasó sus últimos días en una caverna escribiendo El Libro de los Cinco Anillos.
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