El elemento narrativo, por ejemplo, requiere de cierta maduración de los personajes. Un personaje de una historia necesita cambiar durante el trayecto de su esquema argumental, para poder transmitir un nivel emotivo. De otra forma, si el personaje se mantiene bajo la misma pauta, no alcanza a proyectar cambio al espectador. Sería como un mar donde las olas siempre rompen de la misma manera.
Así andan las cosas, ¿eh?
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