Un día pensé que tú y yo éramos más. Mucho más que una nochecita en mi apartamento. Día a día, noche a noche, luché por negarlo, y pensaba, no, así no somos, porque tú y yo somos una pareja llena de amor y ternura, que crece, crece y crece (y no deja de crecer). Ah, no era cierto. La realidad era otra. Era cruda. ¿Sabes por qué? Porque tú y yo, tú y yo fuimos la soledad más grande en este planeta llamado tierra. Un día me vi. Cómo es posible que te hayas dejado caer tan bajo. Cómo es posible. Desperté de mis fantasías, y vi lo que pasaba. Cicatrices en las muñecas. El cerebro dándome vueltas. Cómo, cómo, cómo.
(Fragmento del cuento Cartas de Clara, de Bruno Ruiz).
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