I once pensé que la onda artística en Tijuana era mAl administrada por el que en un momento dado decía llamarse head of the gang. Sigo pensando lo mismo. Será que Tijuana, y su arte sigue teniendo esa mentalidad de gang que es propicia de comunidades pequeñas, donde siempre tiene que haber un jefe de la tribu.
Quizá le falta unas dos décadas (o dos semanas) para que empiece a haber esa apertura real. Gente sin agenda, que quiera formar grupos de trabajo sin promesas vanas. El espíritu de la tribu es un espíritu viejo, que se ha ido heredando de tribu en tribu.
Quizá debemos volver a los ancestros y preguntarles dónde sigue el camino. Porque el actual, es uno de egolatría (insertar palabra). Me refiero a ese tipo de egolatría donde el famoso name dropping surte un efecto más importante que el propio trabajo del artista.
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