4/26/2003

Mi versión no importa. Si te digo que ayer vi a un hombre corriendo por el ICBC poseído de un extraño arrebato, corriendo, corriendo, en busca de una pasión, algo que sólo él sabía qué era. Ese algo que unos necesitan para valorar el feeling precoz de las noches pasadas, cuando una pasión tiene dos penis en el bolsillo. Yo también soy un don de palabras que no importan. Vivo en San Diego, y a veces voy al cine. Me llamo Norman. Me llamo Steve. Me llamo 45 años y estoy pensando en retirarme de la profesión. Soy ingeniero y ebrio a la vez. No siempre. Conozco a Hortensia, y ella me conoce a mí. Voy al cine en busca de las respuestas que no encuentro en la oficina. Tengo una computadora. Una cuenta de correo electrónico. Si ella me escribe, puedo verla.

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