Dejé el blog, lo dejé como alguien que deja un amor herido. Dejé el blog, y regresé a él, como se regresa a un amor herido. Leí otro blog, uno de los que importan --quizá el único que importa--, y eso me motivó a regresar al blog como si un amor herido. Quizá escribir es una forma de herida, que aunque queramos cerrarla, olvidarla, siempre vuelve a abrirse, en busca de una curación. Es una curación temporal porque al rato volverá a llegar la misma ansia, el sinsabor, el ansia de correspondencia. En realidad, ¿por qué se escribe?. Esa siempre ha sido una buena pregunta, una que sólo tiene respuesta al dejar que pasen unos días de reflexión, de perdida, de desencanto, para entender el sabor, la comunicación de ideas, sentimientos, todo lo que uno arroja.
Dejaré que pasen otros días.