ESOS DÍAS DEL MES, WATCH OUT, RUN, DON'T CRY
Como reloj, la menstruación femenina anuncia su llegada como lo hace la lluvia. Cuando se acerca el sistema de tormenta, los pájaros se estacionan en los cables de luz: hay intuicion: corren. Cuando se acerca un sistema de sangre, una regla, el mal humor explota y el hombre avanzado vislumbra el cambio: se estaciona lejos de la fémina: trata de permanecer intacto ante los derrumbes de su caracter siempre peligroso como una tormenta de aguanieve en Running Springs. Me he vuelto asiduo (sensible) a los talentos de pronosticar estos dramas de menstruación: el PMS. Cuando atisbo cierto ánimo fuera de control, un arrebato tempestivo, un desplante sin sentido ante una situación banal (No guardaste la bolsa de plástico), hago matemáticas y sé que la sangre se aproxima con su caudaloso sistema hormonal. Me hago a un lado --en momentos es difícil lograr esta perfección de hacerse a un lado porque los argumentos virulentos en los que caen las féminas en estos días se antojan ricos para un 'Tete-a-tete Argumental'-- y trato de convencerme de que estoy por entrar en esos días del mes: you're about to enter The Twilight Zone --sí, tambien el hombre sufre estos cambios, pero su sufrimiento es uno de receptor; recibe el drama, je--, por lo que me pongo una armadura psicológica --como los ángeles de Wings of Desire-- para que los embates no me afecten la mente. De esta forma, puedo seguir por la vida con todas las de la ley, ser una persona feliz.
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