AMIGAS CONSEJERAS
No sé cuántas veces lo veré en mi vida, pero cada vez que lo veo, corro en dirección contraria. Amigas que se aconsejan entre sí, para solucionar sus problemas. En muchos casos, ver un grupo de mujeres en plena tertulia, es ver un cambio eminente para alguna de ellas. Que Fulanita esto, que Menganita lo otro. En pocas palabras, las influencias que se ejercen entre sí, afectan al marido.
Un amigo sufrió el máximo penalti de estas tertulias. Su esposa lo dejó, luego de que sus amigas consejeras le dieron el visto bueno para llevar a cabo dicha acción. Claro, el amigo se pasaba de lanza. Era amigo del pisto, y en momentos, de las mujeres. Pero quiero decir algo. ¡Las amigas consejeras estaban divorciadas!. Ah qué grupo de mentes expertas con buenas perspectivas de la vida.
Más.
Pero nada más conciliatorio que ver un grupo de amigas consejeras 'quedadas'. Mujeres que, por equis o ye, no lograron forjar sus artes amatorias con un dandy, y por ende, rondan la vida con las uñas de fuera contra el sexo opuesto o cualquier pareja inadvertida, con todo el peso de la edad, arriba de 30's, y la amargura-envidia en todo su primor. Entonces podéis ser buenas amigas consejeras, llevar a cabo acciones consejeras.
Esperemos que en el caso de los hombres no caigamos en eso. Por lo regular no. Nos gusta hablar de otras cosas. En momentos de tertulia masculina, el pisto ronda, y si de meditaciones literarias se trata, incurrimos en festejar los logros de los bienaventurados autores que han logrado armarla en el siempre peleado ámbito de las letras, donde hay muchas amiguis: los autores equis y sus nobles corazones que siempre piensan en el prójimo.
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