No sé qué le picó a mi vecina 'la anti-cultura', pero de unas semanas acá, tiene la opera a todo volumen. De hecho, un domingo a eso de las 10 de la noche (mientras otro vecino ensayaba una rola de Nirvana: Rape me), una voz de soprano o barÃÂtono o qué sé yo cimbraba las paredes de mi casa. Eso me faltaba. Damn.
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