El dilema, pues
Hay momentos de avidez literaria donde te gustarÃa narrar ficciones del estilo erótico para cosecha exclusiva del blog (y beneficio de tus lectores). Pero cuestiones como esas, siempre resultan comprometedoras en espacios públicos. Sobretodo para una persona matrimoniada (el mÃo caso), ya que todo elemento venéreo, aunque sea de origen ficticio, siempre se asocia con el autor: Ay, ¿ya leÃste el blog de BR? ¿No está casado?
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