EL AGASAJO
En su apogeo, el agasajo, Ariadna y su servidor veíamos cómo una pareja hacía competencia de besos en el parque. Todos unos autores del beso, la pareja --un hombre de complexión morena y tatuajes, la mujer, pasada de peso--, no perdía ocasión para mostrarles a todos su amor. Los visitantes del parque parecían ajenos a cómo la mujer se montaba en él, de forma que lo tenía enjaulado entre las piernas. Pero no era la novia, o quizá lo era, no sé. Más tarde, el sujeto me tomó confianza. Pinche culera, me dijo, tiene chupetes en el cuello, ¿cree que me va ver la cara de pendejo?
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