CHARLAS AMENAS
Hubo una charla muy interesante que se dio en la residencia. Ariadna decía que se llevaba mejor con los amigos de su trabajo que con su esposo. Yo le dije que son relaciones distintas. No, dijo ella. Sí, dije yo. No, dijo ella. Sí, dije yo. No, dijo ella. Sí, dije yo. Son relaciones distintas, basadas en acuerdos tácitos. La relación con compañeros de trabajo estriba en la novedad que proporciona el tratarse en un horario 'ameno u confortable' a los apetitos visuales. El trato surge en ese horario, y los efectos son agradables y placenteros, dentro de un marco estético. El trato conyugal estriba en la transgresión de los efectos cotidianos que los compañeros de trabajo no ven con sus 'amigas'. Pero pregúntales cómo se llevan con sus esposas, dije yo cruzando los brazos. Se llevan bien, dijo ella. ¿Sí? Sí, sé todo de sus vidas. Se llevan bien. Ah, qué bien, dije yo. Es bueno saber eso.
NADA ES PERMANENTE
La incertidumbre es parte de la vida, es sólo que tomamos por hecho las cosas. Pero no hay garantías. No hay garantía que no sufras un accidente y tu vida termine en una carretera. Tampoco hay garantía que tengas salud permanente. Pero donde más se observa este tipo de no-garantía, es en el trabajo. No importa qué jale tengas o qué seguridad poseas, siempre habrá la posibilidad de despido por equis o ye. Es parte del sistema. Nadie es indispensable u tiene trabajo toda la vida (en un solo lugar). Sólo que seas dueño de tu empresa. Pero lo más feo es que te avisen que después de Navidad habrá recortes de personal. Ese tipo de noticia hace más placentera la Navidad, no cabe duda.
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