TERCERMUNDISTA
Se da un énfasis interesante cuando vives en la Frontera. En Tijuana. Mucha gente (incluso profesionistas) trabaja en Estados Unidos, pero vive en Tijuana. Y de qué trabajan. Meseros, cajeros, jardineros, cocineros, conserjes, mecánicos, enfermeros, luego vuelven a Tijuana, y los ves en sus carros del año (o modelo reciente), viviendo en casas de buen nivel: nunca imaginarías que hacen trabajos que en México (o cualquier país tercermundista), serían considerados trabajos de obrero, de poca monta o 'clase baja'. Ahora: qué pasaría si vieras a esa misma persona que trabaja de cajera en GAP, trabajando de cajera en Dorians, o Calimax, o Comercial Mexicana. Lo primero que vendría a tu mente, sería, Pobrecita, no puede trabajar de otra cosa, no tiene educación. Sin embargo, en Estados Unidos, no es raro que un personaje equis estudie una carrera de mecánica, o cantinero, y desempeñe esa labor con dignidad, realizándose como persona que persigue un sueño o interés particular (sin la rigidez de tener que ganarse la vida como profesionista). Aquí, en el Tercer Mundo, se ve mal ese tipo de trabajos. No hay una cultura de carreras cortas donde se motive a la gente a estudiar jardinería, por ejemplo. No, eso lo hacen los campesinos de Michoacán. Por eso estamos así. Nuestra formalidad: rigidez cultural y social: formalismo macho. Eso sí, si vives en Tijuana, y trabajas vendiendo Starbucks en San Diego, eres pipirisnais porque estás ganando dólares.
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