Siguiendo el tema de este blog, me tomé la libertad de anexar lo que es un cuento (titulado The house) en estado embrionario. Escrito a mano, sólo con las ideas básicas, de ahí lo paso a la PC y le doy formato. Nótese la calidad de letra. Este texto en particular lo redacté en el carro, mientras cruzaba la frontera a Tijuana.
Que alguien te diga la verdad, es un estremecimiento, un movimiento del centro. Pasas por un duelo interno, un ajuste de ideas, y puede que esa relación termine (casi siempre termina, es demasiado fuerte saber una verdad). Pero la verdad, esa que te dijo la persona, queda dentro de ti como una puñalada, por mucho tiempo.
Cuando envías una carta (email), la cual no se responde, es como una puñalada, pero no en tu corazón. Es una puñalada que se queda en el corazón del que recibe y lee la carta (email).
Me da risa de pronto, cuando el Músico Feliz (bastante malo, hasta eso --no lo digo yo, lo dicen varios de sus colegas), se cree crítico de literatura, sólo por el hecho de haber estudiado algo relacionado con la literatura --en la universidad--, y tener un bonche de amigos escritores. Quizá es un escritor frustrado.
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