LA CORPORACION
Era una especie de Big Brother laboral. Entrabas a trabajar (una vez que tu solicitud era autorizada por el consejo de la corporación) y te mudabas a vivir al centro de operaciones, una casa (funcionaba como oficina) rentada en la Colonia Cacho (una de las colonias más antiguas de Tijuana), donde todos los empleados vivían (desde el chofer hasta el Gerente). Tres o cuatro habitaciones (en realidad cinco), donde se compartían las camas, tres o cuatro camas por habitación. En la mañana (aún no amanecía, nos levantábamos en la obscuridad, a las cinco o seis para ir a trabajar) te topabas con gente en el pasillo. Julia, que salía de la ducha en bata, cabello mojado, toalla en el hombro, te veía en calzones mientras escogías la ropa para ese día, buscabas los zapatos debajo de la cama. Así empezaban los chismes. Ya viste quién está con quién, decía Julia, no, quién, pues Fulanito con Fulanito.
Tijuana, 2004
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