3/03/2005

El cochi


En todos los trabajos hay un cochi. Un individuo que el jefe agarra de deposito de regaños y malos humores. Por un tiempo tuve ese envidiable cargo. Un jefe poseía un temperamento de bomba nuclear. Tenía que tolerar sus formas, hasta que un día dije no. Se lo dije. No. Él quedó mudo. No podía creer que me pusiera en ese plan. Ojalá así actuara un compañero del job. Tiene un jefe que lo trae lázaro. Lo curioso es que el jefe, un niño de 25, ingeniero civil con todas las de la ley, es mucho más joven que él, 10 años. Es duro ver cómo este morrillo le para los tacos. El tipo es déspota. No sé, no le importa nada. Mi compa, no teniendo opciones, se traga la píldora (o será algo pussy el tipo). Hoy volvió a pasar el espectáculo. El niño le dio un regañón, pero de esos que uno dice, Oye, cómo toleras eso, di algo cabrón, no te dejes. Y aquel inocente (o tendrá alguna estrategia mental, seguramente), sonrió y le siguió el juego, o se lo cambió (no sé), contestando otra cosa nada que ver, lo cual enciende más aun al niño pródigo; quizá presiente que le están tomando el pelo. Son escenas desagradables.

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