10/07/2004

NADA QUE PERDER. Por ejemplo, la funcionalidad de un taller. Antes, cuando empezaba a escribir, tenía esta fobia a integrarme a un grupo de talleristas, participar en sus dinámicas, mostrar un cuento, el cual podría ser disectado bajo buenas y malas voluntades. Como que uno tiene este miedo, inseguridad, por verse desarticulado en publico, cuando se 'está formando' un estilo o trayectoria. Es natural. Eso genera inseguridad, dudas, respecto al talento. Es válido. Pero a final de cuentas, uno debe tomar los comentarios como mejor le parezcan: hay comentarios mala leche, y subjetivos, que no deben influenciar de ninguna forma el ejercicio. Luego tenemos el dilema de participar en un taller cuando ya tienes 'algo' de trayectoria. Esto genera vergüenza, la posibilidad de que te hagan ver que tus textos son de baja calidad. En lo que a mí respecta, he llegado a un punto que poco me importa si un texto es bien recibido o no.

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